13/5/09

!! LEVANTATE Y ANDA !!

Ser y Estar son dos verbos muy castellanos. Tenemos una lengua muy rica que expresa cualquier situación afinadamente. Así, hemos superado el to be de los ingleses y por ello no es igual ser libre que estar libre.
La libertad se ha reivindicado, se ha solicitado, se ha ofrecido y se ha exhibido casi sicomo coartada por un panteón de políticos oportunistas, clérigos vasallos de la escudilla y cabilderos escalabornes y chiquilicuatros. Pero en verdad, la libertad solo se ha hecho realidad dentro de los papeles. Está escrita en cualquier constitución -laica o religiosa- y también pulula en la boca de tramposos saduceos que la usan como añagaza y nunca como estilo cotidiano de vida. Y con esto termina la libertad en nuestra sociedad inmediata.
Es urgente discernir entre el ser persona libre, porque así lo dicen los papeles constitutivos o te lo sermonea cualquier santón y ser persona libre pero que no está libre. Sé que no es fácil, al igual que no es lo mismo levantarse que andar. Pero es parte de la evolución del hombre en su camino irrevocable a lo absolutamente bueno, no solo ser libre, sino dar un paso mas: estar libre.
Para ello es necesario distinguir y apartar de nuestras vidas a esa pleyade de danzantes de la vagancia constituidos en gurús, generalísimos, oráculos, nigromantes, alzacolas, predicadores pre-pagados y episcopios carmesíes de toda clase de pelo y pluma. La crisis ha llegado, pero para ellos nunca. Dicen que tienden puentes y más bien viven de ellos. Es hora que los ciudadanos los distingan, se guarezcan de ellos y los manden al desempleo. ¡¡Levántate y anda!!

2 comentarios:

  1. Hablando de la libertad, no hay que olvidar que quien nos da la libertad es Dios. Pero la libertad que nos da Él no es una libertad ilimitada en la que yo me puedo mover a dónde yo quiera.

    De hecho, en el Génesis Dios dijo que el hombre era libre de ir a dónde quisiera, pero no podría comer del Árbol del Bien y del Mal.

    La libertad implica siempre siempre una limitación.

    Quien quiere una libertad ilimitada termina reproduciendo en su vida el pecado original: "no quiero límites para mi libertad, ni para la moral ni para nada", pues terminamos por invadir el campo de Dios; no sólo el terreno de los demás, sino el del mismo Dios.

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  2. Libertad y limitación son conceptos antagónicos.

    Sin embargo, la libertad es inherente a la responsabilidad.

    Y solo la responsabilidad hace libre a una persona y limita su libertad.

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