3/2/09

NUEVA CREENCIA, NUEVO DOGMA

Ayer hablábamos sobres las actuaciones de los hombres intermediarios del “Absolutamente Bueno”. Veíamos como el disfrute de la felicidad aquí en la tierra, era mayor para sus líderes que para sus seguidores a los que se relegaba el disfrute al morir y “en la otra vida”. “Item mas”: Hoy he leido a un Alto Líder religioso occidental hablar de las posibles soluciones de la pobreza desde su despacho de raíz de nogal sito en un gran palacio de una exquisita ciudad. Pero esta corrupción no se ciñe exclusivamente a esos líderes. Hay una nueva creencia o religión que después de la caída del muro de Berlín, ha visto como aumentan sus seguidores hasta tal punto que ya existe un nuevo dogma, no dictado- sino aclamado, como en las masas incultas medievales, por una sociedad de seres mal informados y engendrados por el oscuro matrimonio de gobiernos y “mass-medias” subvencionados y subvencionadores. Esta nueva creencia es la “Fe en el Cambio Climático”, entronizado como nuevo dios, del cual no se puede apostatar bajo pena de excomunión por parte de esa sociedad -agnóstica de conocimientos científicos- y manipulada por gobiernos y medios subvencionados. que cuan nueva Inquisición Climática persiguen y callan a quien duda de su divinidad. El “Cambio Climático” ha de asumirse obligatoriamente hoy como un dios unico, real y verdadero. Preexistente ante de todos los tiempos. Al Gore tuvo la experiencia de encontrarse con este dios. Subió al Monte de la Subvención, lo presento al pueblo que venia de la gran tribulación del Muro de Berlín e informo que mientras estaba en la cima del Monte oyó una voz seguida de truenos, ciclones y lluvias torrenciales que decia: “Ustedes los atribulados herederos del Muro de Berlín seréis mi pueblo y yo vuestro dios. Los gobiernos subvencionarán los molinos de vientos, las placas solares, los coches eléctricos y las norias volverán a verse en los campos. Yo cuidare para que se incluyan en los programas de los gobiernos, y velare para que vuestras comisiones sean ecológicas a los ojos de la hacienda publica y sostenibles para la sociedad que las pagara con el sudor de su frente, de la misma forma que vuestros padres pagaron a mi amado Al Capone” Y desde entonces es más aceptable creer en este “dios Cambio Climático” que en la bondad y honradez intrínseca del ser humano.

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